En 1911, el arqueólogo estadounidense Hiram Bingham, orientado por pobladores locales, llega a la ciudadela de Machu Picchu, dándola a conocer al mundo. En 1924, con la visita del embajador de Estados Unidos Miles Pointdexter a Cuzco, Martín Chambi acompaña la expedición de Pointdexter a este recinto, realizando fotografías de la ciudadela que aún estaba cubierta de vegetación. Cuatro años más tarde, Chambi viaja, junto a la expedición científica organizada por el prefecto de Cuzco Víctor M. Vélez, a Machu Picchu realizando fotografías de la ciudadela que después se publicarían en la revista Mundial dirigida por Andrés Avelino Aramburú. Más adelante, Machu Picchu capturó la atención internacional y se convirtió en un destino de viaje importante para turistas y cuzqueños. En los años treinta Machu Picchu se volvió mucho más accesible producto de la construcción de vías férreas y carreteras de penetración hacia las zonas de selva. Esto permitió que muchos cuzqueños interesados en visitar el recinto pudiesen conocer la ciudadela. Así, innumerables estudiantes, maestros y gremios cuzqueños realizaron viajes de excursión a Machu Picchu convirtiéndolo en uno de los principales atractivos del turismo local en la región. En octubre de 1948 se inauguró la carretera “Hiram Bingham” que unió la ciudadela con la estación de trenes, a esta ceremonia asistió el explorador Bingham. En 2007 fue elegida como una de las siete nuevas maravillas del mundo aumentando así su afluencia turística.