Desde tiempos remotos el lago Titicaca ha cumplido una función sagrada para todos los grupos humanos que se desarrollaron en sus orillas. Es conocido por ser el lago navegable más alto del mundo. En torno a él, se desarrollaron numerosos pueblos que subsistieron de los recursos que les brinda el lago. Posteriormente, con la llegada de la república, el lago se dividió convirtiéndose en binacional para las repúblicas de Perú y Bolivia delimitándose sus fronteras mediante protocolo el 2 de junio de 1925.