Fue construido por Tupac Yupanqui durante el gobierno de los Incas. Sirvió como lugar de descanso y recreación de la nobleza inca. En el virreinato, el parque arqueológico de Chinchero fue ocupado aprovechando los cimientos preexistentes y se construyó la iglesia de Chinchero advocada originalmente a Nuestra Señora de Montserrat. Durante el siglo XX fue objeto de diversos estudios y trabajos de conservación.