Fue el templo más importante del Qosqo de los Incas. Durante la Conquista este antiguo templo fue destruido por los españoles y, al igual que muchas otras construcciones en la ciudad, sobre sus cimientos se edificó el convento de Santo Domingo regentado por los padres dominicos. El terremoto de 1950 destruyó gran parte del complejo junto a la torre de campanario siendo la edificación reconstruida tiempo después.