En el Cuzco de la primera mitad del siglo XX, las artes florecieron circunscritas a la construcción de una identidad cuzqueña, postulada por las elites, que se fundamentaba en el indigenismo. Asimismo, el teatro también fue un medio para difundir estas ideas puesto que el pueblo era susceptible a las representaciones visuales. Asimismo, al Cuzco llegaban por ferrocarril distintas compañías de teatro procedentes del extranjero que ofrecían sus presentaciones en los distintos teatros que existían en la ciudad. Posteriormente, con la influencia del espectáculo norteamericano y su capacidad mercantil; el teatro fue usado por las elites cuzqueñas como un mecanismo de recaudación de fondos para distintas obras públicas.