El Hospital de la Almudena del Cuzco fue inaugurado por la orden de los betlehemitas en 1698. En el virreinato, el hospital sirvió como centro de salud y estaba orientado para los convalecientes y religiosos pobres que necesitaban sanar sus dolencias; asimismo, en este periodo, el hospital funcionaba gracias a las cuantiosas donaciones que recibía por parte de la sociedad cuzqueña de entonces. Este recinto funcionó hasta que fue construido el hospital Antonio Lorena en la primera mitad de los años 30.