Este monumento ya existía al arribo de los españoles a Cuzco en 1534, quienes la describieron y denominaron como Fortaleza. Inicialmente, fue escenario de las batallas entre indígenas e hispanos para posteriormente ser usado como cantera de donde se extraían las piedras para las construcciones de los inmuebles españoles. Durante la segunda década del Siglo XX, se promueve la vía de acceso al recinto. Así, fue escenario de múltiples fiestas y paseos campestres puesto que el Rodadero era uno de sus principales atractivos.