En 1938, el hacendado y terrateniente Blas Ceferino Aguilar Aparicio contrató a Martín Chambi para registrar las faenas agrícolas y ganaderas de su hacienda en San Pablo, Canchis y sus estancias ganaderas en Watanuyo y Viluyo. En una entrevista realizada por Óscar Chambi, nieto de Martín Chambi, a Noemí Lucila Aguilar Guerra, hija de Blas Aguilar, esta cuenta que Martín vivió cerca de dos meses con la familia Aguilar Guerra registrando la trilla de trigo en la hacienda de los Aguilar en San Pablo y el trasquile de auquénidos en las estancias antes referidas y pertenecientes a la provincia de Canchis. Noemí Aguilar, que contaba en ese momento con doce años de edad, recuerda también la celebración del natalicio de su padre Blas en la estancia Watanuyo el tres de febrero de 1938 y los viajes por las tierras de los Aguilar que, según tradición oral familiar, se extendían hasta Macusani, Puno.