Las tradiciones cuzqueñas comentan la presencia de judíos en el Cuzco durante el gobierno español; así, es famosa la casa de Pedro Montero de Espinosa, lugar donde se realizaban celebraciones judías y que servía de sinagoga para la comunidad. La mayoría de estos antiguos residentes se dedicaban al comercio. Posteriormente, en el siglo XX, con la llegada del ferrocarril a Cuzco y con la extensión de los caminos durante el segundo gobierno de Leguía, muchas familias judías llegaron a Cuzco provenientes de Arequipa y se dedicaron al comercio minorista en la región.