En el Cuzco de la primera mitad del siglo XX, las mujeres estaban sujetas al marido y su condición cambiaba acorde a su clase social. Así, las mujeres de la aristocracia se desarrollaban sujetas a un marco tradicional heredado de la época virreinal. Las mujeres de la clase media trabajaban y, en muchos casos, eran mejor consideradas que sus pares varones. Las mujeres indígenas, cuando eran aisladas del seno protector del ayllu, eran obligadas a desenvolverse como servidoras domésticas de familias en la ciudad donde, muchas veces, estaban sujetas a abusos. La maternidad en el siglo XX ocupó gran parte del tiempo de las mujeres absorbiendo su individualidad en el espacio público y relegándolas a una función reproductiva. Así, las mujeres en época debían ser “buenas madres” y velar por el cuidado de los hijos; asimismo, los cuzqueños desarrollaron el concepto de “decencia” que diferenciaba a la mujer, madre y esposa que se ocupaba de los hijos y de la casa, de las mujeres trabajadoras que no encajaban en este molde. Posteriormente, la maternidad fue abordada y problematizada por los neoindigenistas que, entre otras cosas, exaltaban e idealizaban la maternidad de las mujeres indígenas y cholas dentro de un nuevo marco de pensamiento.