La casa Garcilaso se encuentra ubicada en la Plaza Regocijo. Su construcción data del siglo XVI por Pedro de Oñate, tras su muerte la casa pasó a ser propiedad del capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, padre del Inca Garcilaso de la Vega. Posteriormente, el inmueble tuvo diferentes propietarios quienes fueron modificándolo de acuerdo con los usos y necesidades de cada época. En la época republicana, la casa fue punto de referencia para los viajeros y exploradores que pasaron por la ciudad; el terremoto de 1950 causó severos daños en la estructura del inmueble. Así, en 1963, el Ministerio de Educación expropió este inmueble a la familia Luna Oblitas, para realizar trabajos de restauración y en 1967 el edificio fue declarado Monumento Nacional y pasó a ser sede del Museo Histórico Regional.