Actualmente la fotografía carnet es un soporte para la conformación de la identidad personal; ingrediente fundamental e indiscutible del documento de identidad, el pasaporte, el carnet de conducir y otros trámites administrativos y académicos.
Las cedulas de identidad datan de incios del siglo XIX, aunque las primeras no portaban fotografías. En el Perú, la primera persona que propone un “Registro Indivual” usando fotografías en formato carnet fue el fotógrafo Juan Fuentes, quién en octubre de 1860, escribe una carta a Ramón Castilla, presidente del Perú en ese entonces, presentando un ejemplo realizado por él con cuatro retratos carnet, argumentando: “la fotografía puede ser un registro fácil, manuable y acelerado (…) este arte se hará tan fértil que podrá conseguirse una policia casi telegráfica (…) la presente administración puede efectuar también el empadronamiento”. Al final de su carta agrega: “Con tal que mi patria no carezca de este adelanto, estoy pronto a salvar las objeciones que se hagan a mi iniciativa y demostrar en mi propio taller todas las ventajas de los expuesto”. (Registro Individual / Archivo la Nación).
El antecedente más lejano del formato carnet son los retratos funerarios de Fayum, en Egipto, realizados entre el siglo I al IV. Estos son pinturas en tablas de madera, de autor desconocido, que nos muestran rostros frontales de gran realismo y valor documental. Se realizaron como elemento de identificación para la otra vida, y acompañaban cuerpos momificados durante el imperio romano.